miércoles, octubre 21, 2015

Reseña: La vida privada de los árboles, Alejandro Zambra.

"Sería preferible cerrar el libro, cerrar los libros, y enfrentar, sin más, no la vida, que es muy grande, sino la frágil armadura del presente". 





Sí, me terminé otro libro del compadre esta mismita semana. Ando motivá. 


Como dije en la reseña en Goodreads: díganle que pare. No es posible que cada uno de sus trabajos me guste más. Me llega a dar pena venir aquí para decirles: cabres, me encanta Zambra, leánlo por siempre porque es como súper poco objetivo (aunque a quién quiero engañar en realidad este blog es súper poco objetivo. Este blog soy yo leyendo y chao, sin más pretenciones).

Pero bueno... sí, me encanta Zambra, ahora, a la fecha . Quizás en diez, cinco, dos años lea esto y me quiera reventar los ojos con agujas pero ahorita mismo... no me molestaría si me regalan algo de él pal cumpleaños (ahí pasando el dato).

La vida privada de los árboles es una novelita de no más de 117 páginas que da inicio con la imagen de Julián, un compadre joven (yo le echo treinta y tantos, no recuerdo si lo especifica) que le está contando un cuento a su hijastra Daniela mientras esperan a que la esposa y madre de la cabra chica llegue de su clase de artes. Es eso. Desde ahí se desata el núcleo. Mientras pasan los minutos una va cachando que la esposa y madre de la cabra chica parece que no va a llegar ná y Julián también sospecha eso pero como que no lo quiere asumir, por el contrario, se permite viajar por recuerdos, por amores pasados, por vivencias de infancia, por los posibles sucesos de un futuro. Es una novelita pesada, llena de "quizás ahora...", repleta de mensajes sobre lo que somos en la vida para otras personas. O al menos así lo sentí yo: no somos protagonistas de ná, por más que nos jactemos diciendo que brillAmOz cOn LuZ pRoPiA... todos somos manchas de alguien.

De los tres libros de Alejandro Zambra que me he leído, este sin duda es mi favorito. Sigo admirando la cruda suavidad de su prosa, la atmósfera que consigue crear con tan poco. Realmente puede armar una historia con un solo momento capturado (que se vale de más instantes, sí, pero que se añaden al sentido) y eso es tan admirable. Pa qué más espéctaculo, pa qué más parafernalia. Pareciera ser que así funciona el amigo, mejor con menos, menos es más. Se ve incluso en sus personajes, son simples, reales, llenos de secretos y de pasado por inferir y pucha... las palabras, comadres y compadres... las palabras de Alejandro Zambra. Así como que ninguna es al azar, ninguna sobra, vienen desde la poesía y es terriblemente hermoso lo que consigue hacer, reitero, con poco. Voy a llorar o qué.

Solo una cosa me hizo un poco de ruido pero entraría en el área del spoiler y pa qué po hermanitxs, si lo leen, comentamos y les digo :* 

ADIVINEN. SÍ. 5/5 Pazitas pal tío Ale otra vez. ¿Dónde lo conseguí? Otra vez mi auspiciador oficial: la biblioteca de Puente Alto.

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Holi, holi.