martes, octubre 13, 2015

Urbanicosas: #1



Figuraba yo leyendo en la F12 cuando una viejita que se subió en el paradero del consultorio, se sentó a mi lado y me empezó a meter conversa; me preguntó (haciendo una certera distinción, cabe destacar) si leía por gusto o pal colegio. La miré con mi mejor cara de emoji sonriente porque gracias gúeli por verme semblante de escolar y le dije que por gusto, que iba a la universidad. Asumí que ahí quedaría la cháchara, pero como siempre asumí mal... la güeli se acomodó y me preguntó si había leído alguna vez teología.
Con el afán de que reprimiera las pasiones y me dejara seguir con mi lectura, le contesté muy cortante que no, que era atea (lo que realmente no fue una buena respuesta pero me quería sacar luego a la güeli de encima)

Error. 

Porque al decirle que era atea fue como si la hubiese invitado al mejor malón de su vida, le brillaron los azules: Comenzó una cátedra sobre el caos del mundo y la incapacidad humana para arreglarlo, habló de semillas, frutas plásticas y cruce de especies entre animales. Muy entendida ella. Ahí de a poco fui cachando que aunque igual olía a tinto, lo que hablaba sí tenía un poco de base. Pero yo tenía que bajarme pronto y no quería interrumpirla, así que disimuladamente fui guardando mis cositas sin dejar de mirarla y asentir, mirarla y asentir. Mas vivimos rodeados de coincidencias y la viejita, tarán se bajó en mi mismo paradero. 

Caminé rápidito hacía la orilla de la vereda pa cruzar e irme a mi casita (ojalá a terminar de leer) pero escuché que la viejita seguía hablando detrás mío así que decidí despedirme. No alcancé a pronunciar sílaba alguna cuando se mandó la siguiente frase: "Así que recuerde que el mundo tiene un dueño... y ese dueño es Dios".

Asentí por última vez con una débil cara de emoji sonriente, le deseé que le fuera bien y crucé la calle. 


Igual lata esperar la muerte feliz y contenta con el concepto de que somos propiedad de una desconocida entidad.

2 comentarios:

Holi, holi.