viernes, julio 22, 2016

Reseña: Stranger Things (Temporada 01)

Desperté por esto. Escribir esta reseña es mi misión del día. Luego de publicar volveré a mi caverna y no habrán noticias mías en este blog hasta que no sé, salga el nuevo libro de Harry Potter a la venta. Bromi pero sí.

He descubierto que cuando vengo a escribir acá es porque quiero evangelizar, ser una mensajera de la palabra y este día el verbo divino que traigo es la serie, original de Netflix pero-en-serio-a-quién-le-importa-en-esta-era: Stranger Things.




Si hay estado vacacionando bajo una roca, te suspendieron recién el paro o le haces asco a las series por ser el nuevo opio del pueblo, te contaré de qué va esta nueva joyita que tiene a un gran porcentaje de la raza humana con taquicardia.

Stranger Things es una serie de ocho episodios (porque lo bueno viene en frasco chico) que trata sobre la búsqueda desesperada de una madre, un hermano y un grupo de amigos en un pueblo en que las cosas parecen estar yendo por caminos terriblemente turbios. Así a simples rasgos. El verdadero mambo se descontrola cuando aparece una niña un poco locatelli que parece conocer el paradero de Will (el niño extraviado) y, paralelamente, su madre se comunica con él de una manera muy poco convencional (pero visualmente hermosa, let’s say it). Desde ahí las preguntas no pueden limitarse ¿dónde está Will? ¿Está vivo siquiera? ¿Esta entidad que se comunica con su madre es él realmente o le están jugando una broma? ¿Qué cresta pinta el gobierno en todo el asunto? No miento que son como 106 preguntas que se van gestando a medida que la serie avanza (sí, las conté) y es por eso que la gran mayoría la termina de una sentada o mínimo avanza ¾ de la misma porque somos impacientes y porque pucha, Netflix nos regaló la temporada completa.

Y qué decirles, me gustó caleta. Sé que plantear un juicio valórico no es realmente el objetivo de una “crítica” pero creo que desde ahí puedo desarrollarme más mejor porque, muy en la personal, el hecho de que me haya gustado pone un poco en duda la teoría que circula en la red: que es una serie para los nostálgicos de la época y por eso el revuelo. O sea, sí, demás, bacán. Es muy lindo cómo se sitúa en determinado tiempo y espacio; las referencias, la fotografía, incluso la tipografía de inicio te lleva para allá pero yo soy del 95 y quedé fascinada de todas formas porque tomé esa nostalgia (que no es mía) como algo bueno. La serie se nutre de los mejores elementos creados en ese tiempo y consigue atrapar de manera indiscriminada a quien se quiera instalar a verla. Es más que sus guiños, más que su contexto, creo que desmerecerla por ser una especie de homenaje es un poco mucho pasado a caca.

La historia es puro suspenso, cada capítulo se siente como un pestañeo. Los flashbacks instalados son precisos, escogidos con pinzas, te emocionan pero en ciertos casos también intrigan. Sé que esto es un poco cállate conchetumare pero una vez leí que hay (como para todo en verdad) técnicas para que un flashback funcione y una de las más importantes es que los personajes te interesen y eso se da muy bien acá. Todo lo que pasa es importante y todo lo que pasa te abre nuevas dudas. La dinámica entre los personajes en verdad llega, los actores pre-pubertos son demasiado secos, me reí mucho con ellos y la sufrí también. Sí, en verdad la sufrí caleta. Porque al final del día con lo que esta serie conecta es con cosas muy puras: el amor inconmensurable de una madre por su hijo, el lazo protector entre hermanos y la amistad en todos sus colores. Winona Ryder, que es la madre del niño que se perdió, me apretaba la guata. No talla. Y a ese nivel de rostros frente a la cámara súmenle una atmósfera increíble causada por un soundtrack que debe haber sido obra de diosito y conchelalora otra cosa mariposa. Yo sufrí palpables-cucos e inevitables tiritones de pera.

Sí po, me gustó. Y como dije arriba creo que bajarle el perfil a la serie por la emoción que causó en los nativos de la época es un poco contradictorio y sin sentido. No sé si es una obra maestra porque para mí eso lo dictamina el tiempo pero esta temporada podría perfectamente encaminarse para allá. Es un trabajo bien hecho, redondito. Ejemplificaré desde la obesidad: Stranger Things es como una hamburguesa donde todos los sabores se mezclan y te dejan demasiado pochita y no querís comer  nada más hasta que te jubiles.

Eso es. Una propuesta integral, que atrapa, que se preocupa por los personajes, por la época, por generar sensaciones. Penny Dreadful había sido la última serie que como que me anduvo volando la mente pero creo que Stranger Things le quitó el trono. Si le convencí aunque sea un poco, si me encontró aunque sea un pichintún de sentido, la serie está muy disponible en Netflix y también la caché en seriesflv. Luego me viene a comentar qué onda. Por el contrario si crees que estoy hablando puras cabezas de pescado, también quisiera saberlo y discutimos. No tengo atados pero véanla, hermanes míes. Amén. 

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Holi, holi.