lunes, agosto 31, 2015

Reseñas: Lecturas de Agosto.

En la mañana estaba flojeando en mi cama, leyendo uno de mis blogs favoritos (The Pocket) y me pegué el alcachofazo de que pasé Agosto (¡eeeeeeeh!) y no reseñé mis lecturas del mes, que fueron dos nomás porque soy penca. Así que, aquí les voy:




Desayuno en Tiffany – Truman Capote.


“La solución consiste en saber que sólo nos ocurren cosas buenas si somos buenos. ¿Buenos? Más bien quería decir honestos. No me refiero a la honestidad en cuanto a las leyes (podría robar una tumba, hasta le arrancaría los ojos a un muerto si creyese que así me alegra- ría un día), sino a ser honesto con uno mismo. Me da igual ser cualquier cosa, menos cobarde, falsa, tramposa en cuestión de sentimientos, o puta: prefiero tener el cáncer que un corazón deshonesto. Y esto no significa que sea una beata. Soy simplemente una persona práctica.”.

Ayyy me encanta la cita conchelalora, extremista y sin contemplaciones, pero es muy Holly y nada que decir.
En vacaciones de invierno, los días que no salía, los dediqué a ver películas. No vi tantas, lo confieso, pero las que vi me dejaron bastante pocha; Desayuno en Tiffany fue una de ellas. Las razones por las que amé la película son varias pero creo que no vienen al caso en este post, lo importante es decir que apenas me topé el ejemplar en la biblioteca de Santiago, me lo traje pa la casa en un pestañeo.
Entonces, Desayuno en Tiffany es una novela corta narrada por un nuevo-escritor que se muda a Nueva York. En su departamento, se encuentra con esta jovencita que es un torbellino, no la puedo describir de otra forma. Un torbellino hecho de arcoíris (la amo). De forma casi accidental (o no tanto) nuestro protagonista se ve arrastrado a la vida de Holly Golightly, y va descubriendo poco a poco que este torbellino no es solo eso, sino que tiene un montón de secretos y un montón de inseguridades y un montón de deseos que se construyen en base a mentiras y a dinero ganado a costa de bolsillo de viejos calientes. Holly sabe lo que vale, lo que es, lo que provoca y tiene el mundo a sus pies. Eso es lo que encanta a nuestro “Fred”, quien gay o no, se preocupa por Holly.
El libro es una oda a esta mina y a su general existencia, desde los ojos de este compañero cercano que es el narrador. Nos hace un perfil detallado y a la vez desdibujado de una mujer muy compleja y adelantada para la época (recuerdo que en uno de los capítulos apoya libremente el matrimonio entre personas del mismo sexo y puta, si no me equivoco esta novela es como de los años 50 entonces… aplausos pa Holly) y consigue atrapar, con un solo personaje en el cuadro.
Capote es seco.
Tiene diálogos bacanes, personajes interesantes, definidos y al mismo tiempo te permiten inferir. El terror que le tenía a este autor se evaporó de una porque como escribí en la reseña de Goodreads, resultó ser un caramelito.
¿Qué más decir? No me quiero extender demasiado porque se viene otra reseña acá abajo. Calificada con 4/5 Pazitas, Desayuno en Tiffany es una novela desas que debes leer. Es cortita y en un par de viajes en metro se digiere pulento. ¿Dónde la encuentran gratis? Yo la pillé en la Biblioteca de Santiago, Quinta Normal, pero está en PDF también. Palabra de Paza.


Había una vez un pájaro – Alejandra Costamagna.


“Yo me echo en la alfombra. Abro el paquete de galletas y voy untándolas en la mermelada. Sigo la ruta de una hormiga en silencio. Va muy apurada, directo hacia el frasco, muy concentrada en su misión. Frena un segundo y no sé de dónde aparecen tres, cuatro, diez hormigas más. Ahora conspiran, intercambian movimientos de antenas y arman un batallón de asalto a la mermelada. Corren, nadie las detiene, están por llegar a la cima de su montaña, a la primera hormiga le falta un milímetro y ¡toque de queda, toque de queda! las voy aplastando una por una”

Puedo dejar la cita e irme a acostar y cachamos de una porqué la Costamagna es seca y ojalá ser ella cuando grande.
Había una vez un pájaro, es una reescritura de En voz baja, una novela que escribió por allá en el 96. Yo tenía un año de vida y la gente ya creaba cosas bacanes, eso me da pena. Como sea.
En esta reedición nos encontramos con dos cuentos previos a la novela y la selección es una casi maestra porque se genera ambiente. Son cuentos que hablan desde la mirada infantil, desde la inocencia y el paso a la conciencia en una época en la que era complicado entender.
Los cuentos, como dije, te van preparando para lo que se viene y sabes, que deberás tener ojo cuando la novela se presente porque las relaciones son importantes: la relación padre-hija, la relación verdad-mentira, la relación adulto-niña.
Había una vez un pájaro en sí es un conjunto de frases poéticas y de imágenes al hueso que nos retratan una familia chilena desconfigurada tras el golpe de estado y la detención de un padre. Lo más maravilloso de esta novela es la forma en que se presentan las escenas y las ausencias. La violencia y el dolor. A ratos estas no están, pero se pueden sentir. En las dieciocho páginas que consta el núcleo de la novela en sí, te pierdes con las potentes imágenes y lo densa que se hace la captura de la realidad.
Porque a pesar de que la familia de la protagonista se encuentra en una situación extrema, se perciben ciertos patrones que se repiten en otros conjuntos familiares: las mentiras disfrazadas, los cuestionamientos al adulto, las ganas que se tienen a los doce-trece años de que nuestra opinión valga porque realmente ahí estamos y entendemos pero somos criaturas impotentes y desarmadas cuyas voces gritan desde el silencio. Le di color pero ya.
Se llevó 5/5 Pazitas y me dejó con muchas ganas de seguir leyéndola. Encontré el libro en la biblioteca central de Puente Alto, aún está en mi poder, lo debo devolver el 11 de Septiembre (irónico) así que después de eso, vaya a buscarlo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Holi, holi.