martes, junio 30, 2015

Reseña: Gossip Girl.

"Gossip Girl here, your one and only source into the scandalous lives of Manhattan's elite”

¿Es una reseña igual esta, cierto? Así la tenía guardada en el pc. Escribí esta maravilla (ya) exactamente hace un año y tres días. El 27 de Junio del 2014, tras seis meses de mambo, finalicé Gossip Girl y aquí se viene todo lo que tuve que decir al respecto (y con lo que sigo, a un año, estando totalmente de acuerdo).



Este verano aparte de hacer útiles mis dieciocho años de edad trabajando en el Telepizza, me atreví a darle una oportunidad a Gossip Girl. Lo que me alejaba de este programa era básicamente el cariño inmenso que siento por The O.C (ya hablaré de ella cuando tenga fuerza). No quería que otro dramón le quitara el trono, pero tras finalizar Gossip Girl, puedo decir que las dos de cierta forma se complementan. Gossip Girl es material obligatorio para todo amante del drama.

Pa' que tengan una idea: Gossip Girl es una serie gringa basada en las novelas escritas por Cecily von Ziegesar. Sigue la vida de un grupo de chiquillas y chiquillos que viven en el Upper East Side, la zona más cuica de Nueva York y que tienen las peores mañas. Estas muchachitas y muchachitos son vigiladxs por una bloggera anónima, la diosa del cahuín, que se encarga de registrar cada uno de sus pasos en una página web, algo así como la versión 2.0 de tu vecina bisagra o la Mamá de S.Q.P.

Sin ganas de hacer spoilers a aquellos lectores/as que no han visto la serie, hablaremos del inicio de la misma. Ésta comienza con el regreso de Serena van der Woodsen (¿cómo quedaste con el apellido?) a la ciudad. El retorno de esta cabra genera pedazo de revuelo mediático porque de partida, se fue misteriosamente después de que (la muy careraja) se metiera con el pololo de su mejor amiga Blair, Nate Archibald (y no en una cuestión de piquito, o un besito loco, los amigos tiraron). ¿Cuático o no?

Desde esa base Gossip Girl se desarolla. Una sopa de enredos amorosos, muertes, traición, eventos elegantes, posteos inapropiados, desfiles, ropa bonita, bailes, güena música, reencuentros, sexo, primeras citas, embarazos, hijos perdidos, ansias de poder, estafas, amistad, bla bla bla. Lo que se puede esperar de la vida de cabras y cabros con plata.

Las cuatro primeras temporadas me parecieron una delicia. Me las veía casi sin darme cuenta, y es que es claro, Gossip Girl no tiene por objetivo aumentar el nivel intelectual de nadie. Es entretención y entretención simple y motivada. Sus locaciones siempre mostraron lo mejorcito de Nueva York, Paris, la musicalización siempre acertada, y los eventos de moda siempre dejaban con la boca abierta. Gossip Girl estuvo en tendencia, y verla ahora, después de que se fue el boom, te lo deja más que demostrado.

Y aunque en general me gustó caleta. Desde la mitad de la quinta temporada se empezó a ver que los guionistas estaban puro estirando el chicle (pasó con The O.C, pasó con Glee). El material estaba ya explotado, no había forma de que algunas cosas se arreglaran, habían cabos sueltos, pero el cariño por los personajes, no permite que dejes la historia.

Los personajes principales evolucionan, no se quedan con la etiqueta de la primera temporada. Serena deja de ser la rubia problemática, Blair está tratando de luchar con su esencia caprichosa, Chuck ya no es más un hijo de puta, Nate tiene algo de brillo por fin, Dan pasó de ser el emo rechazao a tener voz. Y es eso lo que engancha, verlos avanzando y querer saber dónde van a llegar.

Verla se torna más un compromiso que algo placentero (ya güeno, reconoceré que los episodios de cierta relación inesperada en la quinta temporada también me dieron maripositas en la guata) hasta el penúltimo capítulo de la última temporada. En “The Revengers” volví a morderme las uñas como en la primera temporada y fue así hasta los últimos segunditos del episodio final.

Tiene en parte un buen desenlace, lo escribo con los ojitos brillosito por todas las lágrimas. Aunque debo decir que no estoy del todo conforme con cómo se resolvieron algunas cosas pero pucha soy mañosa; poniendo las cosas en la balanza: Gossip Girl gana. En mi tolazón la califiqué con cuatro de cinco estrellas, meramente por eso. Porque yo, como espectadora (y como picá a escritora) hubiera hecho resoluciones diferentes.

Gossip Girl es una serie que sí o sí, toda persona amante del drama tiene que ver porque a pesar de que uno pueda decir “Ya sé lo que va a pasar” te sorprende y sorprende tanto que a veces las güeás no tienen sentido pero se aceptan igual porque sí.

En fin, tenís que tener claro que con Gossip Girl, la teleserie de la hora de once queda corta. Yo la vi en seriespepito, porque no tenía Netflix al poder. Pero está en todas partes, es cosa de tener paciencia pa' buscar.

You know you love me xoxo

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Holi, holi.