"Gossip Girl here, your one and only source into the scandalous lives of Manhattan's elite”
¿Es una reseña igual esta, cierto? Así la tenía guardada en el pc. Escribí esta maravilla (ya) exactamente hace un año y tres días. El 27 de Junio del 2014, tras seis meses de mambo, finalicé Gossip Girl y aquí se viene todo lo que tuve que decir al respecto (y con lo que sigo, a un año, estando totalmente de acuerdo).
Este
verano aparte de hacer útiles mis dieciocho años de edad trabajando
en el Telepizza, me atreví a darle una oportunidad a Gossip Girl. Lo que me
alejaba de este programa era básicamente el cariño inmenso que
siento por The O.C (ya hablaré de ella cuando tenga fuerza). No quería que otro dramón le quitara
el trono, pero tras finalizar Gossip Girl, puedo decir que las dos de
cierta forma se complementan. Gossip Girl es material obligatorio
para todo amante del drama.
Pa'
que tengan una idea: Gossip Girl es una serie gringa basada en las
novelas escritas por Cecily von Ziegesar. Sigue la vida de un grupo
de chiquillas y chiquillos que viven en el Upper East Side, la zona
más cuica de Nueva York y que tienen las peores mañas. Estas
muchachitas y muchachitos son vigiladxs por una bloggera anónima, la
diosa del cahuín, que se encarga de registrar cada uno de sus pasos
en una página web, algo así como la versión 2.0 de tu vecina
bisagra o la Mamá de S.Q.P.
Sin
ganas de hacer spoilers a aquellos lectores/as que no han visto la
serie, hablaremos del inicio de la misma. Ésta comienza con el
regreso de Serena van der Woodsen (¿cómo quedaste con el apellido?)
a la ciudad. El retorno de esta cabra genera pedazo de revuelo
mediático porque de partida, se fue misteriosamente después de que
(la muy careraja) se metiera con el pololo de su mejor amiga Blair,
Nate Archibald (y no en una cuestión de piquito, o un besito loco,
los amigos tiraron). ¿Cuático o no?
Desde
esa base Gossip Girl se desarolla. Una sopa de enredos amorosos,
muertes, traición, eventos elegantes, posteos inapropiados,
desfiles, ropa bonita, bailes, güena música, reencuentros, sexo,
primeras citas, embarazos, hijos perdidos, ansias de poder, estafas,
amistad, bla bla bla. Lo que se puede esperar de la vida de cabras y
cabros con plata.
Las
cuatro primeras temporadas me parecieron una delicia. Me las veía
casi sin darme cuenta, y es que es claro, Gossip Girl no tiene por
objetivo aumentar el nivel intelectual de nadie. Es entretención y
entretención simple y motivada. Sus locaciones siempre mostraron lo
mejorcito de Nueva York, Paris, la musicalización siempre acertada,
y los eventos de moda siempre dejaban con la boca abierta. Gossip
Girl estuvo en tendencia, y verla ahora, después de que se
fue el boom, te lo deja más que demostrado.
Y
aunque en general me gustó caleta. Desde la mitad de la quinta
temporada se empezó a ver que los guionistas estaban puro estirando
el chicle (pasó con The O.C, pasó con Glee). El material estaba ya
explotado, no había forma de que algunas cosas se arreglaran, habían
cabos sueltos, pero el cariño por los personajes, no permite que
dejes la historia.
Los
personajes principales evolucionan, no se quedan con la etiqueta de
la primera temporada. Serena deja de ser la rubia problemática,
Blair está tratando de luchar con su esencia caprichosa, Chuck ya no
es más un hijo de puta, Nate tiene algo de brillo por fin, Dan pasó
de ser el emo rechazao a tener voz. Y es eso lo que engancha, verlos
avanzando y querer saber dónde van a llegar.
Verla
se torna más un compromiso que algo placentero (ya güeno, reconoceré que los episodios de cierta relación inesperada en la quinta temporada también me dieron maripositas en la guata) hasta el penúltimo
capítulo de la última temporada. En “The Revengers” volví a morderme las uñas como en la primera temporada y fue así
hasta los últimos segunditos del episodio final.
Tiene
en parte un buen desenlace, lo escribo con los ojitos brillosito por
todas las lágrimas. Aunque debo decir que no estoy del todo conforme
con cómo se resolvieron algunas cosas pero pucha soy mañosa;
poniendo las cosas en la balanza: Gossip Girl gana. En mi tolazón la
califiqué con cuatro de cinco estrellas, meramente por eso. Porque
yo, como espectadora (y como picá a escritora) hubiera hecho
resoluciones diferentes.
Gossip
Girl es una serie que sí o sí, toda persona amante del drama tiene
que ver porque a pesar de que uno pueda decir “Ya sé lo que va a
pasar” te sorprende y sorprende tanto que a veces las
güeás no tienen sentido pero se aceptan igual porque sí.
En
fin, tenís que tener claro que con Gossip Girl, la teleserie de la hora de once queda corta. Yo la vi en seriespepito, porque no tenía Netflix al poder. Pero está en todas partes, es cosa de tener paciencia pa' buscar.
You know you love me xoxo
You know you love me xoxo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Holi, holi.